Totana cuenta con una larga tradición de compromiso y entrega al espacio sagrado, entrañable y querido del cementerio municipal, de una misma familia, a lo largo de cuatro generaciones. El primero de los miembros de esta saga fue Juan Martínez Cánovas quien entre 1901 a 1907 desempeñó esta responsabilidad. Tras un paréntesis de ocho años, en 1917 fue nombrado enterrador, Juan Martínez García, hijo del anterior. Éste se mantuvo al frente del cementerio hasta marzo de 1957, momento en el que asumió dicha tarea su hijo José María Martínez Muñoz. Tras la jubilación de José María en 1992, se hizo cargo del mismo el sobrino del anterior, Juan Martínez Fernández. En Junio de 2014 se nombra como nuevo enterrador a José María Martínez Fernández hermano del anterior.
José María Martínez Muñoz publicó en el año 1985, con motivo del I Centenario del cementerio un cuadernillo con datos históricos de dicho cementerio, acompañado de un conjunto de poemas referidos a las diversas calles del mismo y a las personas que reposan en sus sepulturas. Un trabajo que expresa el gran cariño que José María le profesa a este camposanto.
Por lo que se refiere a la administración del cementerio municipal hemos de señalar que ha corrido tradicionalmente a cargo del Ayuntamiento de Totana. En 1915 se propuso por parte de algunos munícipes el arrendamiento del servicio. Esta iniciativa no llegó a materializarse. Fue, hace tan sólo unos años cuando el Concejo hizo realidad aquella propuesta. Entonces, Juan Martínez Fernández, asumió la concesión de los servicios, desempeñando de un modo excepcional su compromiso con este recinto sagrado, al que, además de un gran cariño y afecto, le unen lazos familiares, pues sus antepasados, tal y como hemos señalado, han venido encargándose del mismo desde el año 1901. Asimismo, Juan Martínez mantiene la arraigada tradición de rezar una estación ante el cuerpo del difunto en la puerta de la capilla del cementerio.